MI ESFERA

 


                                    Mi madre 

 

Sus ojos me miraron tristes,

empequeñecidos por el dolor,

absortos en otras tinieblas,

sin recuerdos reconocidos...

 

¡Hola, mamá! - Comienzo el monólogo de cada día,

apenas escucha sonido alguno,

pero una leve luz en esos ojos,

me hacen creer en su sonrisa...

mueca de saberse acompañada o tal vez

sólo es imaginación mía...

 

Me acerco a ella, casi desaparecida en la cama,

su prestancia de otros días,

quedó diluida entre sábanas,

su voz ya no se escucha si no es

para esbozar sonidos apagados a modo de quejidos

cuando le cambio de lado...

 

Han pasado casi 30 años desde que todo eso ocurría y,

sin embargo, el recuerdo de su dolor

quedó marcado dentro de mí

como si hubiese durado toda una vida.

Una vida que fue arisca con ella

 simplemente por ser obediente,

como ella misma decía:

"la vida es así y hay que aceptarla como es"

 

Nunca nos comprendimos en esto

por mi rebeldía ante la discriminación,

de la orgullosa vida que, como pretexto,

se resistió a un abrazo,

 a un momento donde respirar no hubiese sido penoso para ella.

 

El tiempo, esquivo e indolente,

marco una cima a conseguir

en cada instante,

escribiendo con sangre,

párrafos muy dolorosos...

y cuando el único consuelo es el recuerdo...

cruelmente, se apresuró al robo

 

El día 4 de marzo habrías cumplido años... 

¡Felicidades, Mamá!

estoy seguro de que tu paciencia infinita

habrá tenido una recompensa merecida,

en un mundo cuyo amanecer,

no tenga crepúsculo de sufrimiento.

¡¡Sigues viviendo dentro de mí...!!

 

Tal vez, quienes me acompañáis en algún momento,

ni siquiera encontréis sentido al título, me explicaré:

Creo que si hay una materialización de la perfección es la esfera.

Todos los puntos que la componen están a la misma presión, en su nivel,

son equidistantes, se igualan en su dependencia de un centro.

Y en el sentido de perfección destaco la condición de madre:

Poseedora del secreto de la vida.

Eso anula los defectos de su humanidad...

Se muestra perfecta a los ojos de un hijo.

Por otro lado, perdonadme por mostrar tanta debilidad por ella, por desgracia no puedo tener esta confidencia en uno de los abrazos que quedaron sin dar.

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