¿En qué parte del cielo te escondes?

AUSENCIA

 

Cruza el tiempo por mi rincón

y trato de detenerlo con el recuerdo,

con las imágenes casi borradas,

con el color amarillento de los años transcurridos,

y, en esa batalla por pararlo, también pierdo.

 

Como en una cinta de cine maltratada,

se cruzan saltos de memoria

con momentos doloridos por inexactos,

con proyecciones mezcladas

y en todas ellas, nítida y vacía, tu ausencia

 

Ausencia que quedó repleta de conversaciones en silencio,

de proyectos que nunca tuvieron cuerpo,

de sueños sencillos que, como pompas juguetonas,

se perdieron en el agujero inmenso de la nada

que construyó tu ausencia a mi alrededor.

 

La amistad quedó huérfana y confundida,

y, en ese fluir del tiempo, mortalmente herida,

como el cervatillo que en su primer paseo

encuentra la flecha enemiga

y con ella la muerte sin aprender a vivir…

 

Trato de esquivar el tiempo sin pensar en ti,

pero cuanto más lo evito, más me acompañas,

para recordarme que nuestra amistad no acabó

con tu huida de la vida,

 
que nuestros proyectos permanecen conmigo

y en tu recuerdo…

que aquella sonrisa traviesa,

cruza a menudo mi alma,

en los momentos que te hubiese gustado vivir…

 

He de confesarte que ese tiempo que trato de detener,

ha obrado el milagro de congelar tu imagen,

y mientras las arrugas crecen en mi cuerpo,

por ti no pasan…sigues siendo “El Niño”…

 

Ha transcurrido tanto tiempo desde aquel desafortunado vuelo,

que ya te habrás acostumbrado a la eternidad,

y tampoco sé cómo será el recuerdo en el cielo,

pero, desde la tierra, desde el vacío de tu ausencia,

puedo decirte que dentro de mí,

quedó mutilada la amistad, pero viva.

 

Como aquellas lágrimas de entonces,

y con la paz de saber que existes donde vaya,

vuelvo a decirte:

¡¡Vuela compañero, sin detenerte, vuela hacia lo más alto!!

seguramente ya estás allí…

A mi amigo y compañero

José Luis Pérez Ferriz

Antonio Herrera García